Cada vez que llegas al límite y repites lo de siempre,
refuerzas la vieja historia que te gobierna.
Pero cada vez que respondes distinto,
desde tu verdad más profunda,
nace una ley nueva dentro de ti.
No es una ley moral ni externa.
Es una ley simbólica:
una estructura interna que empieza a regir tu vida.
El límite no es un muro, es un cruce.
Y lo que decidas ahí se convierte en semilla.
✨ Cada respuesta desde tu centro
es un cimiento que sostiene tu camino.
Cada palabra fiel en el cruce
es piedra viva de tu construcción.
La pregunta es: ¿qué nueva ley quieres fundar en tu próximo límite?
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