✨ Justo al límite, se abren puertas...
Ayer hablamos del momento en que el camino se bifurca.
Y hoy, damos un paso más profundo.
Porque hay algo que cambió mi vida para siempre:
comprender que el ser humano no tiene derecho a pedir nada a la divinidad…
si antes no ha caminado con el alma por delante.
La divinidad no se conmueve con súplicas ni lamentos.
No basta con mirar al cielo esperando respuestas.
No es suficiente elevar una plegaria cuando la vida duele.
💠 Hay que ganarse el derecho de acercarse a lo divino.
Porque algo necesitan de nosotros los dioses.
Algo vinieron a buscar cuando se encarnaron en lo humano.
Pero si lo humano no responde,
si seguimos actuando desde la queja, el miedo o la conveniencia…
la divinidad simplemente se retira.
Y es ahí, justo en el límite,
cuando ya no te queda otra opción más que rendirte,
cuando sientes que se termina el viejo mundo que habitabas,
cuando eliges el camino que te transforma...
🌿 Ahí es cuando algo superior se acerca.
Y no con palabras. No con promesas.
Sino con un gesto sagrado, invisible, reconocible solo desde el alma:
una mano en tu hombro.
Y entonces tú eliges.
Puedes seguir tomando decisiones humanas:
basadas en la mente, el ego, el miedo, la costumbre.
O puedes dar un paso hacia lo divino,
sin certezas, pero con lealtad,
con armonía, con entrega, con coraje silencioso.
🌀 Ese paso es tu Dharma.
✨ “Si viniste a luchar, lucha. Si viniste a enseñar, enseña. Si viniste a sanar, hazlo con todo tu ser… Así como Krishna recordó a Arjuna quién era, justo al límite, antes de su batalla, también tú puedes recordarte. Justo ahí, cuando la duda amenaza, cuando el alma tiembla, cuando parece que no puedes más… es donde se decide todo.”
Pero no tuerzas tu camino con los engaños de la mente.
Sé un héroe.
Haz lo que viniste a hacer.
Hazlo sin esperar aprobación.
Hazlo sin pedir nada a cambio.
Porque cuando tú haces más grande al universo,
el universo te responde.
No antes. No por compasión.
Sino porque tú te has convertido en canal de lo sagrado.
Y entonces,
ahí en el límite…
justo cuando la grieta se abre,
se abre también la puerta.
✨ Cuando sientas el gesto...
Ese leve contacto en el hombro.
Ese susurro invisible.
Ese “algo” que no sabes explicar...
Pregúntate:
¿Estoy caminando hacia mi verdad… o girando en círculos?
¿Qué me está pidiendo la divinidad… y qué estoy dispuesto a hacer por ella?
¿Estoy esperando señales… o ya estoy siendo la señal?
¿Y si ese toque en el hombro fuera el último aviso antes del milagro?
“Justo en el límite… lo humano se vuelve divino. Si respondes con alma, la puerta se abre.”