🕯 En el principio eras libro
Naciste como un libro abierto.
Limpio, luminoso, con páginas en blanco que esperaban ser escritas.
Pronto llegó la primera palabra: tu nombre.
Un nombre no es solo un sonido. Es una casa. Es el primer lugar que habitas.
Desde ese instante, quedaste habitado por una palabra que te nombra y te funda.
“En el nombre de la rosa, está la rosa.
Y todo el Nilo, en la palabra Nilo.”
Así comenzó tu escritura interior.
Tus raíces, tu idioma, tus etiquetas… cada palabra fue esculpiendo el personaje que creías ser.
Y, poco a poco, te fuiste deshabitando.
Olvidaste quién eres.
Olvidaste por qué viniste.
Olvidaste la parte de ti que se encarnó.
Cuando la palabra se separa de la escucha, llega el caos.
Y el caos no es castigo: es pista.
Si sabes leerlo, te guía de vuelta a lo esencial.
Si no, caes en la queja, en el victimismo, huyendo de ti mismo.
Pero siempre se vuelve.
Siempre se retorna al ciclo para resolver lo no resuelto.
✨ Cada día es una página nueva.
Cada instante es una oportunidad para habitar tu nombre, tu palabra.
🔑 “Este camino es un cuaderno vivo.
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