El límite no inventa nada nuevo:
solo refleja lo que ya está en ti.
Si al borde aparece la queja, el miedo o la autocompasión,
es el yo quien gobierna tu palabra.
Si en el cruce surge la decisión, la firmeza o el silencio creador,
es tu Dharma el que está hablando.
El límite es un espejo.
No lo que pasa fuera,
sino lo que brota dentro cuando el afuera aprieta.
Lo importante no es evitar el límite,
sino aprender a mirarte en él.
Porque ahí descubres con qué voz hablas de verdad.
✨ El límite no te acusa: te revela.
La pregunta es: ¿qué rostro verías si hoy el límite te mirara?
💫 “Hay símbolos que llegan cuando más los necesitas.
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