Vivimos la vida creyéndola nuestra, convencidos de que nuestras opiniones, ideas y pensamientos brotan “de dentro”, como si fueran fruto exclusivo de nuestra esencia.
Constantemente nos sorprendemos diciendo:
— Yo pienso que…
— Yo opino que…
— Esto es inadmisible…
— Esto no se puede soportar…
Pero si pudiéramos ampliar la mirada, si nos viéramos desde un plano más alto, descubriríamos que todas esas opiniones están profundamente condicionadas por un entramado invisible: el lugar donde nacimos, la familia que nos crió, la posición social, la época, las modas, las narrativas de nuestro tiempo.
Así, vivimos como el Golem: aprendices de hombre que toman por propias percepciones y juicios que, en realidad, han sido sembrados desde fuera.
De eso tejemos nuestra retórica, y giramos en espirales que repiten la misma danza.
❓ ¿Alguna vez te has detenido a pensar cómo serías si hubieras nacido en otro lugar?
❓ ¿Si tu vida se hubiera desplegado en otra cultura, con otras creencias y costumbres?
❓ ¿Te has dado cuenta de que muchas opiniones que hoy sostienes con firmeza podrían no existir… o ser opuestas?
Esta es solo una invitación a tomar conciencia: somos aprendices eternos, absorbemos lo que nos toca vivir.
✨ Pero, ¿y si ampliáramos el horizonte?
✨ ¿Y si comenzáramos a habitar nuestra vida desde una realidad superior, consciente, creadora?