La divinidad no viene a buscarte.
No te grita.
No te arrastra.
No ruega.
Está.
Silenciosa, inmóvil, infinita.
Y entonces… es el humano quien tiene que acercarse.
Pero no desde la ansiedad.
Sino desde el alma.
1. ✨ A través de la presencia
Porque no es lo mismo estar… que no estar.
No es lo mismo el cuerpo quieto… que el alma presente.
No es lo mismo estar aquí… que estar verdaderamente en el ahora.
Solo cuando habitas el instante con todos tus sentidos despiertos,
la divinidad te abre la puerta.
🌿 No se trata de estar.
Se trata de estar… con todo tu ser.
2. 🔥 Cuando no vienes a encajar… sino a encarnarte
No viniste a cumplir con lo que se espera.
Viniste a encarnar tu vida
en eso que amas, en eso que eres, en eso que ya te pertenece por dentro.
✨ El alma no busca pertenecer.
Busca recordarse en lo que hace.
3. 🌊 Cuando dejas a la vida suceder como un río
Cuando no fuerzas.
No luchas.
No detienes.
Cuando aceptas lo que es,
no desde la resignación,
sino desde una entrega que respira.
🌬️ La divinidad habita en lo que fluye,
no en lo que se retiene.
4. 🕊️ Cuando te encuentras en ti
Y te das cuenta de que las horas pasan
mientras estás haciendo justo eso que te encontró a ti.
Cuando eres feliz pase lo que pase ahí fuera,
porque tu refugio ya no está fuera…
sino dentro.
💠 No te perdiste.
Te habitaste.
Y ahí estaba todo lo que buscabas.